Sí, sí como lo oyes, una nueva línea a pedales que te lleva directo Córdoba- Santiago de Compostela. No es un TALGO , un AVE o Lanzadera. No tiene distinción de clases económicas, por lo que todos pueden ir en Primera....eso, eso, en Primera línea de fuego o de pedaleo, todo depende de cuanto quieras agachar el lomito y hociquito ya que la locomotora es humana, pero quizás un poco irracional. Y lo mejor de todo que tu pones el precio, ya que te cuesta lo que tú quieras o puedas gastarte.
El Pasado Viernes de Dolores, mi Compi de MTB Esteban y yo nos montamos en el Santiago Express. Salimos de Córdoba a golpe de pedal en lo alto de nuestras burras, ligeritos de equipaje dirección Compostela donde Santiago nos tendría que dar su bendición. Pues sí, una aventura que duraría 9 días a pedal y uno de retorno motorizados. Si de Córdoba, salimos Esteban y yo, en Mérida se incorporarían Pablo y Rafa Granadinos con buena follá., sin olvidar a nuestro salvador, cuidador, coche escoba, hombre para todo....bueno, bueno “las noches no se dejaba querer” el compi Gregorio Cordubes de Baena, afincado en el mundo.
Esta aventura empezó meses atrás de la cabecita Pablo y Esteban que tenían unos días libres en semana santa, entonces se pusieron a maquinar y se les ocurrió la idea de ir en bicicleta desde Córdoba, Sevilla o pueblos cercanos a estas ciudades, hasta Santiago de Compostela. Para ello cruzaríamos España a través del Camino Mozárabe, Vía de la Plata y el Camino Sanabrés.
Para aquellos que como yo no tenemos mucha idea de estos caminos, os deleito con unas palabritas de historia doctrinal:
Entre los años 812 y 814, en los albores de la Reconquista, en un castro cercano a la ciudad episcopal de Iria Flavia, un ermitaño llamado Pelayo vio durante la noche unas luces ardientes y se lo comunicó al obispo Teodomiro. Éste verificó los hechos y descubrió en aquel paraje los restos mortales del Apóstol Santiago el Mayor, que aparentemente habían sido trasladados hasta allí tras su martirio, allá por el año 44 de nuestra era. Este hallazgo fue la chispa que generó el fenómeno de las peregrinaciones jacobeas. Ahora bien, dado que las vías de comunicación terrestres de aquellos siglos nada tenían que ver con las actuales y que cada peregrino no tenía más opciones que comenzar el viaje a pie desde su propio hogar, cuáles son las causas que motivaron el auge de algunos itinerarios y el detrimento o la no aparición de muchos otros.
Desde el siglo X, la devoción al Apóstol Santiago en el Sur de la Península se materializa en una ruta específica que, con el paso de los siglos, será conocida como Vía de La Plata. Precisamente por ser un territorio habitado por numerosa población mozárabe (cristianos que vivían en territorio musulmán) fue conocido popularmente como “Camino Mozárabe” o “Camino de los mozárabes”. Es tristemente célebre por haber sido el camino seguido por el temible caudillo musulmán Almanzor, tras el saqueo de Santiago de Compostela.
En la actualidad se distingue perfectamente entre la Vía de la Plata y el Camino Mozárabe. Éste es un camino completamente diferenciado del anterior, que discurre a lo largo de 380 Kms. por los bellísimos territorios de Córdoba, Granada, Jaén y Badajoz. En esta provincia, en Mérida, enlaza con la famosa Vía de La Plata, que en la localidad de la Granja de Morehuela, (provincia de Zamora) entronca con el llamado Camino Sanabrés hasta Compostela. Ofrece, además, la posibilidad de enlazar con el Camino Francés y con el Camino Portugués.
Las tropas de Roma que por el sureste se adentraron en la península, unos 200 años antes de Cristo, avanzaron hacia el noroeste de ella por lo que hoy es Extremadura y Portugal, aprovechando viejas sendas destinadas al paso del ganado y al comercio minero y agrícola. En un principio, Hispania fue dividida en dos provincias: la Citerior y la Ulterior. La capital de ésta última fue Córdoba. Posteriormente, al dividirse en tres 200 años más tarde, Córdoba volvía a ser capital, ahora de la Bética, y Mérida de la Lusitania. La unión entre ellas, al igual que con las del resto del país, estaba asegurada por una extraordinaria red de calzadas que incluso ha servido de base para el actual trazado de carreteras y ferrocarriles, además de la construcción de grandes puentes todavía hoy en uso para el cruce de las corrientes fluviales (Córdoba, Mérida) y de otros de menor porte.
Pero sería con la formación de Al-Andalus durante la dominación musulmana, y más en concreto con el Califato de la dinastía Omeya entre los años 929 y 1031, cuando siendo Córdoba su capital, todas las miradas, no sólo las de los estados de Europa sino también las de los demás reinos mediterráneos, se volverían hacia ella. De Córdoba partieron hacia el norte grupos de monjes para la fundación de monasterios como S.Miguel de la Escalada cerca de Mansilla, San Zoilo en Carrión, Sta. María de Lebeña..., así como para llegar en peregrinación y visitar los recintos que albergaban reliquias sagradas: Compostela, León, Oviedo, Liébana, etc. Para este flujo no sólo de personas y mercancías, sino también de ideas, el pueblo árabe sólo tuvo que acondicionar la red viaria romana. Aparte, la defensa de los caminos se solucionaba con la presencia de fortalezas y atalayas a lo largo de las rutas. Hoy, todavía cabe la oportunidad de contemplar algunos de ellos, como los de Moclín en la provincia de Granada, Alcalá la Real y Alcaudete en la de Jaén, Castro del Río, Espejo, El Vacar en la de Córdoba o Benquerencia, Magacela, Medellín o Mérida en la provincia de Badajoz.
Con la reconquista cristiana de los territorios del mediodía peninsular desde el siglo XII hasta el XV, estos caminos del oeste y suroeste sirven de cauce para la llegada primero de tropas y posteriormente de contingentes humanos del norte y de las mesetas castellanas para la repoblación de las tierras abandonadas por los musulmanes.
Más tarde, con la conquista por parte de España de las tierras americanas, Andalucía y Extremadura se convertían nuevamente en los principales territorios de paso obligado para las gentes que tanto hacia allá partían como para las que de allí llegaban. Otra vez, una vez más, los caminos del sur de nuevo protagonistas.
La Vía de La Plata
Por este nombre se conoce a la calzada romana que partía de Emérita Augusta, capital de la Lusitania y actual ciudad de Mérida y llegaba hasta Asturica Augusta, la Astorga de hoy en día. En el Itinerario de Antonino este trayecto equivaldría a la calzada número XXIV entre Mérida y Zamora y a la XXVI entre Zamora y Astorga. Se trazó durante la invasión romana a finales del siglo I a.C. con un fin puramente militar y adquirió gran importancia como red comercial durante los siglos del Imperio.
El sobrenombre de Plata sigue siendo un misterio y la opinión más generalizada la defiende el catedrático José Manuel Roldán Hervás en su obra Iter Ab Emerita Asturicam, El Camino de la Plata, publicada en el año 1971 por la Universidad de Salamanca. Según Roldán Hervás el nombre de plata deriva de la palabra árabe BaLaTa, que significa enlosar, y dice así: "Aún hoy, en Siria, se conoce con el nombre de BaLaTa, el camino que aparece enlosado con piedras irregulares y grandes, por tanto creemos acercarnos bastante a la realidad si pensamos que el pueblo tomó el sonido extraño del árabe y lo hizo suyo en la palabra homófona castellana que más se le aproximaba y que evidentemente era plata".
El Camino Sanabrés
El Camino Sanabrés puede constituir por sí solo una alternativa a otros Caminos de Santiago. Entre Granja de Moreruela (Zamora) y Santiago de Compostela hay 367 kilómetros por Laza, la alternativa más corta tras A Gudiña. En la realidad, el Camino Sanabrés constituye una continuación de la Vía de la Plata. Al llegar a la localidad zamorana de Granja de Moreruela, los peregrinos que vienen desde Mérida siguiendo el itinerario de la antigua vía romana, tienen dos alternativas para continuar a Santiago. La primera es continuar por la Vía de la Plata hasta Astorga y enlazar con el Camino Francés en dirección a Santiago. La segunda opción, seguida por casi todos los caminantes, es dejar la Vía de la Plata y desviarse por el Camino Sanabrés hacia la provincia de Ourense, a través de las localidades de Tábara, Santa Marta de Tera, Rionegro del Puente y Puebla de Sanabria. Una vez en Galicia se continúa por las provincias de Ourense, Pontevedra y A Coruña. A simple vista esta alternativa parece suponer la opción más corta pero no es así. Desde Sevilla a Santiago, por la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés, hay 980 kilómetros. En cambio, por la Vía de la Plata y el Camino Francés son 963 kilómetros.
La Historia del Camino Sanabrés
El origen de este Camino, como itinerario viable hacia la tumba del Apóstol va de la mano de la Vía de la Plata, que ascendía desde el sur de España, y de toda una serie de pequeñas romerías o peregrinaciones hacia una tupida red de monasterios surgidos en base a la repoblación mozárabe y situados en la provincia de Zamora, concretamente en el mismo punto de origen y trazado por donde hoy discurre el Camino.
A escasos cuatro kilómetros de la calzada romana a la altura de Granja de Moreruela está ubicado el monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela. Es el más antiguo de España y fue conocido hasta el año 1163 como Santiago de Moreruela. En sus restos aún se pueden admirar la puerta y fuente del peregrino. En Tábara, a 25 kilómetros de Moreruela, existía antes de 1137 el monasterio mozárabe de San Salvador. Lo mismo ocurre en Santa Marta de Tera, población que surgió de la mano de la abadía de Santa Marta de Riba de Tera. También en Rionegro del Puente, donde a los pies del santuario de la Virgen de la Carballeda se fundó la Cofradía de los Falifos, hermandad aún vigente, propietaria del actual albergue de peregrinos de la localidad y dedicada a "la compostura de los malos caminos, para la comodidad de los pobres peregrinos que pasan a Compostela a visitar el templo del Apóstol Santiago". La Cofradía fue aprobada por Clemente VI (1342-1352), y confirmada por Eugenio IV (1431-1447) y Paulo III (1534 y 1549). En San Martín de Castañeda, población situada sobre el lago de Sanabria, aunque alejada del itinerario actual, se levantó en el siglo X el monasterio de Santa María. Ya en Galicia, junto a la Colegiata de Santa María la Real de Xunqueria de Ambía había un hospital de peregrinos, conocido gracias a unos documentos de 1520. También hay constancia de hospitales de peregrinos en Verín, Monterrei, Allariz y Orense. No hay duda de que existió un itinerario trazado entre todos estos centros religiosos y que, gracias a las innumerables muestras de hospitalidad que fueron encontrando los devotos, este mismo camino que utilizaba vías naturales de comunicación se convirtió en otro itinerario más hacia Santiago.
Ni que decir tiene que la belleza y encanto que se alcanza andando, o cargado hasta las trancas con alforjas en bicicleta, no tiene nada que ver con nuestra experiencia. Por eso el denominarlo por el que le escribe el Santiago Express.
Saludos!
Curro
Vale, vale.
ResponderEliminarAhora que levante la mano el que crea que Curro debería prodigarse más como narrador, .......
Lo ves, no encojas más la mano y deléitanos con tus historias.
Toy esperando los pormenores de esta aventura, y muchas más.
Nota. Cuando te refieres a mis paisanos granaínos, por qué especificas que tienen buena follá?.
Saludos traileros. Jes.