Si te nombra alguien un camino entre Alcalá del Valle y
Setenil, salvo que seas de la comarca no te dice nada, pero si te dicen que ese
camino se une a otros muchos formando una ruta circular, con comienzo y fin en
la localidad de Ronda, ya podemos ir encaminándonos y si te refieren la mítica
cifra de uno, cero y uno, 101 km, ya incluso los profanos en la materia empieza
a comentar las míticas leyendas urbanas de: “Esa es la que hacen solo los
legionarios y militares”, “según me dijo mi primo, que conoce a uno que va
muchos años es la más dura de España ”, “esa carrera es para locos”, o “¿cuantos días tienes para hacer eso? Y no
se duerme ni siquiera”.
Si entras en el mundillo de este tipo de carreras, las carreras de resistencia o como me gusta decir, el lado oscuro de las carreras, sabes que no es hoy por hoy la que más km tiene de toda España, ni siquiera de Andalucía y ya hoy día ni siquiera de la misma comarca, y no es la de mayor dureza por los metros de desnivel acumulados, no es una carrera de asfalto, aunque se transita por él y tampoco es una carrera 100% de montaña. Pero tiene una magia que te llama y te atrae, es mítica a nivel nacional y muchos vecinos portugueses la tienen entre las grandes. Es una carrera en la que puedes morir y renacer como corredor y no solo una vez, puedes caer rendido en esos 101 km varias veces y sentir tus fuerzas brotar en varias ocasiones antes de ver el mítico tajo de Ronda de nuevo.
En esta edición, la XVI, un humilde Club cordobés de
carreras por montaña, ha escrito su nombre con letras de oro en la historia de
la 101 de Ronda, “Corduba Trail”, consiguiendo hacer en la categoría senior, “casi”
un pódium completo, ya que hizo 1º y 2º y ese casi se puede hacer con letra
pequeña ya que el siguiente compañero entro el 4º, con un sabor de boca
agridulce, estos grandes atletas son José Javier Torres, Manuel Paredes Ventura y Pablo Bonilla
Rodríguez, son un claro ejemplo de lo que la constancia y perseverancia pueden
hacer, ya que ellos, son padres de familia, y han de compaginar todo su tiempo
con el trabajo, las rutinas familiares y hacer mucho sacrificio y sacar esas
horas de entrenamiento necesario para, no diría vencer los 101 de Ronda, sino
tener la fortaleza mental de estar más de 10 horas corriendo y sufriendo el
calor, los metros de desnivel y contratiempos poniendo su cuerpo en un punto de
exigencia del 100%.
No quiero finalizar estas palabras sin rendir un merecido
aplauso a esos 2500 marchadores que al igual que nuestros compañeros de club,
se enfrentaron a esa mítica distancia y consiguieron un año más ser finisher, y
sentir en sus carnes el emblema que aparece en la sudadera que acredita que has
finalizado la prueba, Sufrimiento y Dureza, porque todo el que consiguió subir
la mítica cuesta “del cachondeo”, último km de carrera antes de entrar en
Ronda, es un auténtico campeón.
El sufrimiento es pasajero, pero la gloria es eterna.
Muchas felicidades.Si terminar tiene mérito hacer podium es algo espectacular.
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