Nunca he ido a una carrera con tan pocas esperanzas de acabarla como fui a la Maratón de Sevilla. Después de venir del Mont Blanc he estado en el dique seco por culpa de una fascitis plantar que llevaba arrastrando desde el principio del verano. Era empezar a correr y empezar con las molestias, total que después de probar de todo; epi, sesiones de fisio y osteopata decidí filtrarme. Total, que no se que sería si el reposo, las sesiones, la filtración, pero finalmente pareció remitir el dolor y por fin las molestias. Era hora de empezar a entrenar, había perdido carreras que me apetecían un montón y que tuve que sacrificar. Estaba al final de noviembre y me puse como carrera para empezar la temporada la Maratón de Sevilla, tenía una asignatura pendiente con esta carrera desde el año pasado, en el km 38 me dio un viaje el abductor y me echó por tierra la carrera, llegando a meta como pude.
El comienzo del entrenamiento me fue mal, saltándome un montón de entrenos, sino era por una cosa era por otra y incluso por pequeñas molestias que me iban saliendo cada dos por tres. Para colmo el modelo nuevo que ha salido de las zapatillas que llevo utilizando desde hace tiempo al llevar una hora corriendo me dolía el dedo índice de la leche, por lo que decidí comprarme otras y cambiar. Resultado, con estas también me duele el dedo, vaya putada y ahora que, pues unas plantillas. Me hacen unas plantillas y me las tiene que retocar, pero entre retoque y retoque, resulta que tenemos que ingresar a mi hijo en el hospital, 15 días en el hospital sin hacer nada en pleno entreno a mediados de enero y con pocas posibilidades de entrenar cuando mi hijo regrese a casa, debido a la atención que teníamos que prestarle. Hablo con mis amigos, Rafa Argote y Curro para decirles que no voy a la maratón, voy cortísimo de entreno y la maratón no se puede ir de excursión. Rafa, como es habitual en él, me dice que el tampoco a entrenado desde la UTMB y que va a Sevilla a rodar. El siempre hace de diablillo y me dejo el gusanillo lo suficientemente cerca como replantearme la situación. Decido empezar a entrenar y dependiendo como me encuentre hago la carrera. La vuelta al entreno lo cojo donde lo deje, en el problema de que no tengo unas zapatillas que no me molesten para hacer una carrera tan larga. Decido coger mi modelo antigüo esperando que me aguanten hasta la carrera. Estas zapatillas me van como un guante, problema resuelto. Dos domingos antes de la carrera en la tirada larga, justo después de correr termino con una contractura en la espalda y un dolor en la rodilla de la leche. Las zapatillas ya no dan mas de si, vuelve mi problema. Hablo con Fernando Chacón de Running way de Sevilla, para preguntarle si con las Cascadia se puede hacer una maratón, me dice que si, pero asegurándome una lesión. Recuerdo unas zapatillas de trail que no son muy cañeras y que tengo al final del armario, las Saucony Guide, con estas me da su bendición entre comillas. Corro con ellas la última semana y me voy para Sevilla con ellas y con uno de los modelos que había comprado por si cambiaba de opinión.
Allí en la feria del corredor estaban justo los stand de brooks y saucony, las dos marcas de las zapatillas que llevaba, si todavía tenía dudas de que zapatillas coger ellos me lo pusieron todavía peor, lo que uno me decía el otro lo contradecía. A todo quisqui que veía le iba preguntando que hacer y yo cada vez mas liado, joderme el dedo y ver como terminaba con las de asfalto o posiblemente lesionarme con las de trail. Y para más coña con las dudas de la carrera que veía que iba flojo, flojo de entreno y no sabía si iba a poder acabarla.
No hay cosa que mas me joda que ir a una carrera con dudas, pues en esta todo eran dudas, hasta la ropa con la que correr porque se esperaba un día de la leche de frío, de lluvia y viento. Menos mal que la compañía era buena y nos hinchamos de reir con Curro y Rafa Fernández, Rafa Argote 30 minutos antes de salir de Córdoba nos llamó para decirnos que no podía venir porque se le había muerto un familiar.
Después de la feria y recoger los dorsales nos fuimos a comer a la comida de la pasta. Un poco de cola pero la comida muy buena. Una siesta en el hotel y a cenar con unos amigos, Curro y yo, porque al pobre Rafa, la novia casi a punto de pistola después de comer se lo llevo a Ikea, engañándole diciéndole que iba a ser sólo una hora, eran las nueve cuando llamó diciéndonos que acababa de salir y que se iba a dormir. Son las cosas del querer.
La mañana amaneció con una escarcha en los coches que parecía que había nevado, pero parecía que no iba a llover, eso si, frío mucho. Nos fuimos los tres para el estadio y yo seguía con mis dudas de todo, ¿aguantaría la carrera, me lesionaría?. Rafa y Curro estaban tranquilos y antes de darnos cuenta salimos.
Mis primeros km eran pura sensaciones, bueno mis primeros km no, hasta el km 30 yo no las tenía conmigo de acabarla dignamente. Los dos primeros km me estuve observando todo tipo de sensaciones, la amortiguación no va, me duele la periostitis, ahí es donde me voy a joder. Pasaban los km y yo iba pensando más en las sensaciones que en otra cosa., esperando que mi cuerpo gripara o saliera una lesión. Vamos a ver como llego a la media, pues mira mejor de lo que yo creía, quizás pueda acabar bien. Fernando no cantes victoría, espérate al 30 que allí es donde vas a pinchar, no llevas km de entreno para hacer esta carrera. Llego al 30 y el cuerpo fenomenal, puedo mantener el ritmo sin demasiado esfuerzo, incluso podría empezar a apretar, pero no me atrevo, he ido bastante reservón por miedo a petar, pero además la planta de los pies me duele a reventar, parece que corro por una alfombra de alfileres, estas zapatillas no me van a traer una lesión, pero el dolor de pies es inaguantable, sobre todo cuando el asfalto no era liso del todo y se ponía como basto en algunos sitios, cosa que al final de carrera era en bastantes sitios, sobre todo en Triana. Al salir de Triana enfilo la calle Torneo y me encuentro bien , voy a apretar un poco, pero la planta de los pies me dice que si estoy loco, total que después de hacer el amago de apretar un poco, decido que la carrera era acabarla dignamente y es lo que estoy haciendo sorprendentemente para mi. Se ve que todavía quedaba algo de las palizas que le metí al cuerpo para entrenar la CCC. En los últimos 4 ó 5 km no pare de adelantar a gente, disfrutando de la carrera, cosa que te sube la moral bastante, pero también se la bajas al que adelantas, lo sé porque el año pasado me paso a mi. Creo que estos últimos km fueron los que me sacarón las espina que tenía clavada dentro desde el año anterior. Fui saludando a todos los niños que estaban animando y chocándoles las palmas de las manos como había venido haciendo durante toda la carrera, hacía que me acordara de mis hijos y deseara que fueran ellos quien estuvieran allí, me emocionaba pensarlo.
Llegue a la meta adelantando a gente y tranquilo, una más. Una ducha y a llamar a Curro y a Rafa que me estaban esperando. Hay que ver a Curro, el tío corre su primer maratón y parecía que se había quedado con hambre de kms, quería más y a más ritmo, fue la segunda media apretando en progresión, pero estaba algo cabreado por haber ido tan reservón en la primera media. Rafa que fue con Curro durante toda la carrera, al final en los últimos kms, se descolgó de el, pero llegando por debajo de las 3h 30’. Curro está como una moto, al igual que Rafa Fernández, estos locos las últimas semanas antes de la carrera, se hacían el sábado 30 kms de llaneo y el domingo 30 kms de campo a lo bestia. Si le preguntas porque lo hace así, te decía que en la Transalpina de este año va a tener que hacerlo durante 8 días, pero más kms y con mas desnivel, cosa que tiene razón.
Ya después, en la comida de la pasta pude conocer al que iba a ser mi compañero en la Transalpina, que había venido desde Segovia a correr la carrera. Estuve buscando compañero para la transalpina durante un mes y cuando por fin lo encuentro, pasa lo de mi hijo y le tengo que decir que no podré ir, fue mi compañero durante una semana, no mas, pero desde aquí quiero decirte David que lo intentaremos el año que viene.
También me gustaría decirle a Rafa Argote que le eché muchísimo de menos el fin de semana, el fue el diablillo, como siempre, que hiciera que estuviera allí. Ir a una carrera sin el se me hace extraño, creo que ha sido mi primera carrera que no hemos estado juntos.
Fernando Fernández de Mesa
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