*Victoriano y Cirrildo llegando al km 60 de la Leadville Trail run 1.993.
Ese año, tres pequeños y discretos indios mejicanos, (Victoriano, Cirrildo y Manuel) descendientes de los mensajeros aztecas, llegan a Colorado a correr para remediar la hambruna de su tribu. Buscan un premio que les permita regresar con comida para todos. Es la segunda visita de los tarahumaras, tras un doloroso aprendizaje de las reglas de la carrera en 1992. Rodeados por el último grito en lycras, coolmax y calzado técnico, no quisieron renunciar a usar su propio material: Blusas y bandana de algodón tintado al cuerpo. Como calzado, sus huaraches. Sandalias con suela de neumático usado, atadas al pie por tiras de cuero.¿Es una goma especial? No mucho. Tiras raspadas de los primeros que encontraron en el vertedero de Leadville al llegar. Las recortaron a su gusto allí mismo. Auténtico calzado personalizado de trail running.
La carrera arrancó, y el público no podía creer lo que estaba ocurriendo. Poco a poco, los más grandes ultramaratonianos de América veían a los pequeños raramuri sobrepasarlos flotando sobre sus sandalias. Victoriano, a sus 55 años ganó la carrera, con Cirrildo de 38 segundo y Manuel quinto. Aplastante.
Ese año se comió y se bebió como nunca en la Quebrada del Cobre mejicana.
LEADVILLE TRAIL 1994. Nacía la versión de las cien millas para mountain bike. Triunfó desde el principio. Hoy es la más grande carrera de Norteamérica sin discusión. Iconos como Tinker Juarez, Floyd Landis o el propio Lance Armstrong dan lo mejor de sí mismos cada año en Colorado.
Pero fue la carrera a pie de ese año, 1.994, la que hizo historia para siempre: Por tercer año volvían los tarahumara a las Rocosas. La tribu, orgullosa de los suyos, se esforzó y envió -esta vez sí- a sus mejores cinco corredores, todos en la flor de la edad. Jóvenes capaces de recorrer 250km sin descanso. ¿Podría algun ultramaratoniano gringo aguantar su ritmo en las pistas?
Ningún hombre de hierro se presentó como aspirante. Sí lo hizo una mujer, Ann Trason.
Probablemente la mejor corredora de larga distancia en montaña de la historia, capaz de retar zancada a zancada al mejor de los ultreros norteamericanos hasta entonces. Aquel desafío derivó en una de las más hemosas carreras de montaña de la historia….pero merece un capítulo aparte.
Leadville ya no sería nunca más una vieja ciudad minera, abandonada y oxidada. El pueblo más alto de Norteamérica era ahora, para el mundo entero, el hogar de una de las más hermosas aventuras que se pueden vivir en las montañas, a pie o en bicicleta.
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