viernes, 16 de julio de 2010

I GRAN TRAIL PEÑALARA

¡Menuda experiencia!


Ya tengo mi primer Ultra en el bolsillo, eso sí por los pelos, 29 horas de machaque, bueno corrijo, de machaque solamente las 4 o 5 últimas horas el resto una gozada.

Desde el viernes que llegamos Fernando Carabola, Curro, Diego, Concha, Pepa, Jesús y familia ya empezamos a preparar a nuestro estilo la carrera, cochinillo en Segovia, Casa José María, regado con un vino estupendo “pago de corraovejas” del cual no sé si dejamos alguna botella en el restaurante, Luego por la noche tuvimos que rematar la faena, ya en Alpedrete con Rafa Argote, Mamen y María con unas cervecitas y por supuesto nada de pasta, vaya, una preparación como seguro que los demás habían hecho.




A la mañana siguiente , el gran día, por supuesto sin desayunar y con falta de horas de sueño nos dirigimos a Navacerrada para tomar la salida con muchísima ilusión y un poquito de cague por mi parte, pues era la primera vez que enfrentaba a una carrera de tantos kilómetros, decían 110 pero al final salieron casi 120 km), hasta la fecha lo máximo que había corrido eran 42 KM en Jarapalos y aunque quería terminarla no sabía como me iba responder el cuerpo a partir del km 50. Si a esto le sumamos que me faltaba entrenamiento (como siempre) os podéis imaginar las “pequeñas” dudas que se me pasaban por la cabeza, pero bueno allí estaba el tío, arropado por mis compañeros y amigos, rodeado de máquinas por todos lados.














A las 08.00 se da salida y empezamos a trotar saliendo por el polideportivo y atravesando el pueblo para luego coger una pista donde ya empezaba la gente a tomar posiciones, esa vez fue la última que vez que vi al resto del equipo hasta llegar a meta, como era de esperar, pero bueno yo a lo mío.
















Empezamos a subir el primer pico 2.227 m, “La Maliciosa”, el nombre le viene que ni pintado, y en las primeras rampas entre las rocas, aparecen Fernando y Jesús animándome, “coño Rafa corre más, menuda cola estás formando” palabras de ánimo que sin duda me subieron la moral, ¡mamones!, todavía estoy pensando como llegaron tan rápido hasta allí. Enseguida empezó a lloviznar y cuando quisimos acordar había una niebla que no se veía nada, tanto que al culminar y comenzar la bajada nos perdimos un grupo de unos 20 corredores, en se momento iba acompañado de Pepa, nos pusimos a rastrear la zona y menos mal que alguien dio pronto con una baliza y nos reagrupamos de nuevo.





La bajada estaba bastante peligrosa pues era de piedras muy arenosas y ya estaban muy embarradas por el paso de los corredores que nos precedían, bajamos con cuidado aunque algunos se la jugaban literalmente y bajaban rápido, vi unas cuantas caídas, afortunadamente nada grave, desde aquí todo bajada hasta el primer punto de control, “Canto cochino” Km 18, un sendero muy bonito entre pinares con el suelo blandito y sin niebla, muy bonito y cómodo para correr, allí nos esperaban todo el grupo, para animarnos, llené el depósito de agua y sin parar mucho sigo hacia el siguiente puerto “La Morcuera” km 38 aproximadamente.


En este tramo ya hacía bastante calor y apretaba el sol de lo lindo, la hora de corte eran las 17:30, llego a las 16.00 horas, cosa que me tranquiliza pues no tengo que estar pendiente de los cortes, voy con margen suficiente, allí coincido con Pepa y me comenta que Diego va bastante mal y que piensa abandonar, me despido de ella, me refresco un poco y sigo adelante. A los pocos kilómetros se abre un tramo de pista donde voy trotando a buen ritmo un buen rato, me encontraba fenomenal y ya estaba batiendo mi record personal de distancia, esto pintaba bien, en este tramo coincido con Pepa de nuevo, a partir de ahora, “la hormiga atómica” hicimos un tramo andando y no sabéis como anda la condenada, al final de dije, “tira tú, te has cargado a Diego y no vas hacer lo mismo conmigo”, esa vez fue la última que la ví.



No recuerdo que hora era cuando llegue a Las Presillas, un sitio precioso de césped natural, arboleda y pozas naturales donde corría el agua limpia y un poco fresca, por lo que me dijeron. Allí estaba todo el grupo retozando y esperando el paso de los corredores, los saludo rápidamente, me dicen que me ven muy bien, aunque eso sí, Rafa Argote, Paco y Curro ya me sacaba dos horas y Albero una hora, pero bueno contento de verlos sigo a lo mío, entro en le control de Rascafría y sorpresón, bocatas de jamón en el avituallamiento, doy cuenta de un par de ellos y me llevo otro para el camino, más tarde ve vendría fenomenal.


Al salir de Rascafría, coincido un tramo andando con Miguel, un madrileño cojonudo con el que haría todo el resto de carrera juntos, a partir de aquí andando prácticamente todo el trayecto.

Subimos al siguiente punto de control “puerto del Reventón” por un zig-zag ascendente que se me hizo larguísimo aunque con buen piso y no demasiada inclinación, al culminar, Km 62 aproximadamente, me quito la mochila para reponer agua y me entra frío de golpe, me cambio la camiseta pero se me había cortado un poco el cuerpo, HORA CRITICA, llevaba mas de 12 horas y me quedaba la mitad, me vengo un poco abajo, algunos decían que quien quisiera abandonar ese era el sitio ya que el siguiente punto de recogida era La Granja y al ritmo que íbamos tardaríamos unas 6 o7 horas, ¡Uff, duda total!, me como el bocata de jamón que llevaba de reserva, Miguel me dice, "ya que hemos llegado hasta aquí vamos a subir a Peñalara, el pico más alto y si eso abandonamos en La Granja Km, 80", el bocata hace su efecto y con dos cojones seguimos “palante”.

La ascensión a Peñalara 2.429 metros empieza bastante bien, se nos hace de noche a mitad de subida y con los frontales ya encendidos seguimos hacia arriba, el último tramo era de piedras enormes, me recordaba a un espigón de mar, a mi personalmente me gusto mucho pues las piedras eran grandes y me sentía muy seguro subiendo, era bastante divertido ir haciendo el cabra en plena noche por esos peñascos, luego me enteré que a la gente no le gusto, ¿seré un bicho raro? , seguro que alguno de mis compis también flipó.























Para flipar, pero en sentido contrario, la bajada, eso sí que era peligroso, todo de piedras sueltas y con mucha pendiente, me doblé dos veces el tobillo, menos mal, que no fue grave, me até fuerte la zapatilla y parece que se me pasó el dolor.


















Con esto llegamos a La Granja casi a las 04.00, todavía había gente festejando el triunfo de España ante Paraguay, ya sabíamos que había ganado pues en Peñalara se hoy ¡goool! por todos sitios, no sabíamos cuantos goles habían metido. Allí me esperaba Fernando Fdez, que debería de estar ya harto de esperar pues los demás habían pasado a eso de las 10:30-11:00 de la noche, me trae una ensalada de pastas y una cervecita, como estaría yo, que ni me tomé la cerveza y apenas probé las pastas, de todas formas, muchas gracias Fernando, a esa hora se agradece mucho encontrar alguien que te apoye. La otra Gran DUDA, nos quedaban 33 Km, o sea, una 6 o 7 horas, que luego serían 9, Miguel va tocado de una rodilla, yo llevo molestias varias y alguna ampolla pero nada grave, aunque ya el cansancio hacía mella, me mira y me pregunta qué hacemos, ahora el bajón le tocaba a él, Fernando nos anima y finalmente decidimos tirarnos al barro y que salga el sol, en este caso por donde quiera.

Los 16 KM siguientes son interminables, literalmente me quedaba dormido andando, nuca había sentido esa sensación, el cuerpo marchaba a ralentí, la cabeza por otro lado, cada vez que veía un puente de madera a lo lejos me parecía ver el avituallamiento, el sueño podía conmigo, no llevaba nada de cafeína, gran error, y solo pensaba en llegar al próximo avituallamiento y tomar coca-cola o café, Miguel y yo nos forzábamos a hablar para no dormirnos, aunque la verdad, no me acuerdo muy bien de que hablamos. Así llegamos por fin al avituallamiento de “Casa de la pesca” y cual fue mi sorpresa que no había ni coca-cola ni por supuesto café, estaba como un zombi, me echaba agua en la cara constantemente de los arroyos, pero ni con esas y mira que el agua estaba fría, seguí mi penitencia hasta que por fin a eso de la 6 o 6.:30 empezó a amanecer y parece que me animé un poco.

No salía de una y me metía en otra, nos faltaba un cuestecita de nada, según ellos claro, el “puerto de la Fuenfría” que ya con el sol brillando al 100 % acabó por dejarme K.O, de ahí, al Puerto de Navacerrada me arrastro literalmente, siempre detrás de mi compañero de fatigas y sin conseguir quitarme ese sueño que me obligaba a ir muy despacio pues no me fiaba de mis propio pasos, iba inseguro y eso que era llano.

Por fin llegamos al Puerto de Navacerrada y por fín hay coca-col,a, nunca me sentó también un refresquito como ese, como algo, descansamos un rato y ya sí que no podíamos abandonar, nos faltaban 10 km y después de lo hecho, era “un tironcillo más”, a la postre el tironcillo, fueron 2:30 o 3 horas, durante esa última bajada nos encontramos a mucha gente y todos nos animaban diciéndonos “ya estáis ahí” pero no llegábamos nunca, por fín llegamos a la famosa pista que llegaba hasta el pueblo, no la recordaba tan larga en la salida, casi 4 km de pista a pleno sol de las 12:00 de la mañana, se me hizo muy pesada.

Por fín entramos en el pueblo y allí estaban esperándome mi mujer, Fernando Fdez y Rafa Argote, este útimo ya descansadito, duchaito….., había llegado nada más y nada menos que 9 horas antes.






Hacemos el recorrido triunfal por el pueblo donde se nos van agregando el resto de compañeros, todos felicitándome, también me encuentro con algún que otro corredor que coincidió conmigo durante algunos kilómetros y no los volví a ver, habían abandonado, también me felicitaban “tus huevos cordobés”, me invade la emoción y cruzo la meta, no sin antes quitarme la mochila para enseñar a todo el mundo que el último componente del club CORDUBA TRAIL, que quedaba por llegar ha conseguido terminar la carrera con una hora de sobre el límite de tiempo, oigo decir a Fernando a uno de la organización “ Eah, ya están todos recogidos” y es que con este que suscribe conseguimos llegar toda la expedición que desde Córdoba nos desplazamos para correr esta gran prueba (Rafa Argote, Pacoki, Curro, Alberto y yo), todo esto sin graves lesiones y con plena satisfacción por haber terminado, en mi caso, junto al de pacoki y Alberto nuestra primera Ultra-Trail








¡FELICIDADES A TODOS!

Espero no haberos aburrido mucho.

Rafa Álvarez.

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