lunes, 5 de diciembre de 2011

ATLAS-MARRUECOS



La vida esta llena de malos momentos, de situaciones difíciles y a menudo complicadas, pero por suerte también nos encontramos con experiencias preciosas, aquellas que te enseñan lo bonito que es el mundo en el que vivimos cuando salimos de la puta realidad cotidiana en la que estamos sumergidos día tras día. Vivimos en un continuo ajetreo sin darle importancia a las cosas que verdaderamente importan, se podría decir que estamos sumergidos en un puñetero “mundo material”. Una cura para esta enfermedad es salir de esa realidad, conocer nuevas culturas, romper con los tópicos que tenemos infundados y sobre todo aprender y llegar a la conclusión de la mierda de sociedad que hemos creado y en la que nos estamos hundiendo.
Yo pienso que la montaña es una escuela de la vida, saca lo mejor y lo peor de uno mismo, es el único sitio en donde verdaderamente me encuentro a gusto, a menudo me siento como un inadaptado en la sociedad en la que me muevo y solo me encuentro cómodo en entornos salvajes. Aquí comienza una nueva aventura por el continente africano.



Una cierta mañana de Septiembre, no recuerdo exactamente, surgió de manera espontánea la idea de irme a la cordillera del Atlas, con el objetivo de hacer mi primer cuatromil y sobre todo de conocer una cultura diferente a la nuestra. Se lo comente a Pablo ( amiguete de TocandoCumbre) y dicho y hecho al día siguiente ya estábamos contactando con la agencia y haciendo los preparativos. La espera fue larga pero por fin llego el dia D, 12 de Noviembre, a las 11:00 cogemos un avión en Madrid el cual nos llevara hacia nuestro destino, haciendo previamente una parada en Marrekesh.

Nada mas bajarnos del avión y salir del aeropuerto, previo paso por control de pasaporte (que por cierto son lentos de cojones, aquí prima el refrán “la prisa mata”) nos encontramos con una marea de gente, no se, estimo que mas de 6000 personas las cuales regresaban de la Meca, fue espectacular a travesar esa marea humana ayudado de policías. Aquí nos esperaba nuestro enlace Azdour el cual junto con Hussein nos trasladaría hacia el hotel Ali. Durante el trayecto comprobamos varias cosas, la primera que conducen como le salen de los huevos ( sisi literalmente), que no hay pasos de cebra y los que hay no los respetan, que en una moto de 49 o lo que es lo mismo una vespino en españo, pueden montarse 3 personas mas todo su equipaje, en fin una pasada.

De llegada al Hotel, soltamos todos los bártulos y rápidamente nos fuimos a perdernos al mayor laberinto que yo he conocido y que responde al nombre de Jaam Fnaa. Sinceramente tan solo hay una palabra para describir esta hermosa plaza, LA OSTIA, toda llena de negocios, tiendas de datiles, zumos, encantadores de serpientes, tatuadotas….La mejor forma de conocer este enredo de calles y callejones, PERDERSE y eso fue precisamente lo que hicimos, pero para ello primeramente habia que reponer fuerzas y nada mejor que desgustar la gastronomia local a base de unos dulces y como no de un rico Tagin (el plato tradicional), aunque eso si, he de reconocer que es una ciudad para gente con estomago de acero y poco escrupulosa, ya que la higiene brilla por su ausencia.


Al dia siguiente volvemos a coger un taxi y acompañados de nuevo de Hussein ponemos rumbo hacia Imil, un pequeño pueblo berebe en medio de la nada, considerado como el centro neuralgico( “EL Namche Bazar” de Marruecos) de todas las expediciones que parten hacia el refugio de Netler o el Mouflon. Si Marrakesh fue un choque cultural espectacular ,no menos lo fue los pueblos bereberes. Ese dia hicimos
una pequeña ruta visitando algunos de estos pueblos y dormimos en un pequeño albergue, aunque muy acogedor, en el pueblo de M´zil.


Amanece un nuevo dia, y acompañados de nuestro guía-cocinero Omar y Mohamed, el mulero, ponemos rumbo hacia al refugio del Toubkal, situado a unos 3200m de altitud y el cual se convertiría en nuestra casa durante 4 días.
 El camino de acceso es muy cómodo y lo que sorprende es que esta lleno de bares-chiringuitos prácticamente hasta casi la misma puerta del refugio. En total fueron unas 3 horas de subida. Como llegamos temprano (sobre las 12) aun teníamos ganas de caña, asi que nos decidimos a hacer una cumbre, el Biguinousse, un cuatromil que la noche anterior habíamos analizado en el mapa y que un principio pensábamos que se encontraba cerca del refugio. Cogimos los bártulos, entre ellos crampones y piolets y pusimos marcha hacia la cumbre. Tras cerca de 3 horas de subida por una rampa que combinaba un principio con mucha nieve en polvo y un final de pedrera llegamos al collado, justo debajo del majestuoso “Aguja del Tadat”, pero había un problema, el tiempo, el sol se estaba poniendo, así que solo quedaba dos posibles soluciones, o descender o intentar atacar la cumbre del Tadat (3872m), como la ansias eran muy grandes cogimos la segunda y tras unos 40 minutos, con algunos pasos con mucho ambiente llegamos a un grandioso Tótem de piedra que marca la cima de este pico, desde cual se aprecian unas vistas espectaculares.

 Nos hacemos la foto de rigor y para abajo haciendo un poco el cabra, llegando de noche al mismo refugio

Martes, hoy tocaba el plato fuerte del viaje, la cumbre del Toubkal, cumbre que con sus 4167m se erige como la mayor cima del norte de África.

Nos levantamos temprano y a las 07:00 de la mañana ya estamos en marcha. Se trata de una subida muy fácil, en la cual no tuvimos ni que poner crampones. En poco mas de 2h30 estábamos en el punto mas alto del norte de este hermoso continente celebrando la cumbre con una sabrosa cecina de León, que había escondido Pablo entre el equipaje. Desde la cumbre tenemos vistas del Magun (otro 4000) y del enigmático desierto del Sahara. Aunque es una cumbre sencilla y sin apenas complejidad, lo que no puede ser es ver a gente subir con zapatillas de correr de asfalta, con vaqueros e incluso con zapatos de vestir tipo náuticos. Creo que parte de la culpa la tiene algunas publicaciones como las guías “Loneyplanet” y no hay que olvidar que estamos en Alta Montaña, en fin como se dice en España, “hay gente pa to”.



Tras cargar las pilas iniciamos la bajada y de nuevo prescindimos de usar los crampones lo que provoco alguna que otra caída con sus posteriores risas.
Todos los días llegamos “demasiado” temprano al refugio después de hacer cumbre, las jornadas eran de unas 6-7 horas aprox, por lo que las horas pasaban muy lentamente, menos mas que hay estaban las cartas y sobre todo las largas charlas sobre montaña y otros menesteres que manteníamos. Además raro era el día que no coincidimos con algún español en el refugio (Españoles por el Mundo), unos maños, un grupo de bomberos catalanes y dos guardia civiles, Antonio y Fran, del grupo de rescate de montaña, nos hicieron compañía durante esas largas horas del refugio, eso si , he de reconocer que es uno de los mejores refugios en los que he estado, ya no solo por las instalaciones, sino, por el propio personal del mismo, en especial su guarda Jamil.

Incluso una tarde hubo tiempo para un “curso de iniciación al alpinismo”, era la primera vez que usaba crampones y piolets, por lo que Pablo saco su vena de profesor y estuvimos practicando progresión y detención, aunque al final estuvimos mas rato tirando de cabeza y pasándolo pipa.
El Miércoles, volvemos a madrugar, hoy tocaba el ataque a dos cuatromiles, en concreto, el Raz y Timezguida, ambos se encontraban unidos por el mismo collado. Hoy Pablo amanece con el estomago algo revuelto, había pasado una noche de perros, por lo que las fuerzas le faltaban, aunque cualquiera le dice que se quede en el refugio y no suba. En general la ruta vuelve a ser asequible, en esta ocasión si nos vemos obligados a tirar de crampones. En total fueron unas 5 horas entre subida y bajada.


Amanece un nuevo día, era nuestro último día por la cordillera del Atlas, el cielo esta cerrado, e incluso por la noche había nevado, lo que estaba mostrando síntomas de que el tiempo iba a cambiar. Para hoy nos tocaba el ultimo 4000m, el Akiod. Para llegar a la cumbre de esta hermosa montaña iniciamos la ruta compartiendo parte del recorrido que hicimos ayer, hasta que nos desviamos hacia la derecha para coger una canal la cual con un ascenso progresivo nos llevara hasta la cumbre. Esta cima se hace mas dura que las anteriores, ya que la nieve se encuentra muy suelta, provocando que en algunos puntos te hundas hasta la cadera y dificultando la progresión. Subiendo comienzo a notar un dolorcillo en la rodilla derecha, aunque no le doy importancia, el problema viene cuando después de pasar un rato sentado en la cumbre al levantarme compruebo que no soy capaz de flexionar la rodilla. El descenso se hace algo doloroso, menos mal, que en algunas zonas podemos sentar el culo y deslízanos ladera abajo.

Llegamos al refugio, recogimos los bártulos e iniciamos el descenso de nuevo hacia el pueblo de M´Zil. Como la rodilla no mejoraba, tuve que alquilar una mula para descender, provocando el descojone de Pablo, al final fueron unas 4 horas de descenso en mula, os imagináis lo que sucedió cuando por fin me baje de esta…

Volvemos ha pasar la noche en la casa de Hassan y por fin nos damos la primera ducha, después de mas 6 dias sin “darnos un agua”.

 Los dos siguientes días haríamos un trekking ligero por los pueblos bereberes. Hoy no tocaba madrugar, ya que la ruta tampoco era muy larga, hicimos de nuevo la mochila y la cargamos en la mula, en esta ocasión nos acompañaría Lass, al cual ya habíamos conocido en el refugio, que junto con Omar serán nuestros guías y cocineros. Iniciamos el Trekking subiendo al collado, para posteriormente descender hasta el pueblo en el cual dormiríamos. Cuando llegamos soltamos las cosas y nos dimos un paseo por el pueblo, sucediéndose algunas de las imágenes mas duras que recuerdo y que nunca olvidare del viaje y en la cuales comprobamos la dura realidad que tienen que afrontar este pueblo dia a dia. Como habíamos traído una bolsa de caramelos y de dulces desde España para los niños, decidimos repartirla formando un revuelo impresionante de chiquillos.

Terminamos el dia cenando un Tagin con carne que estaba de muerte.



Amanece el Sábado, si Pablo le había tocado el dominio de “las cagaleras” el Miercoles, a mi me tocaba hoy, mi suerte fue que la ruta no era muy larga. Iniciamos el recorrido recorriendo una larga pista medio asfaltada la cual progresivamente nos conduciría hacia el collado, atravesando a lo largo del recorrido numerosos pueblos, en los cuales se podia comprobar el contrastes del color de las casas en función del tipo de material o roca predominante.

Llego el Domingo, el ultimo dia de nuestra aventura, otro dia mas que no madrugamos, nos despierta Ibrahim de una forma un tanto peculiar. Nos despedimos de nuestro amigo Lass y nos montamos en un Taxi mercedes “del año la polla”, que nos llevaría hacia Marrakech y en el cual vivimos la aventura mas peligrosa del viaje. De esta experiencia dedujimos que sencillamente lo marroquíes conducen como y por donde les sale de los huevos. Dejamos las cosas en el Hotal Ali y nos fuimos de nuevo a perdernos por su famosa plaza y a comprobar nuestras dotes como regateadores.

 Lunes, hoy tocaba una larga espera en el aeropuerto para coger el avión.



Ha sido un viaje espectacular, llenos de experiencias nuevas, se trata de la primera vez que salgo de España, mi primer 4000… el choque cultural es brutal, choque el cual apreciamos desde el mismo momento en el que ponemos por primera vez un pie en el continente africano. Hemos vivido muy buenos ratos (continuamente gastándonos bromas), aunque también hemos visto el lado mas crudo de este pais. Es verdad que hay determinados aspectos de esta cultura los cuales chocan demasiado con nuestro punto de vista occidental, aunque yo no soy quien para entrar a valorar dichos aspectos, lo que si me quedo es con la amabilidad de sus gentes, gente que comparten todo lo que tienen, aunque dichas pertenencias sean mínimas.

En fin un viaje precioso, tanto a nivel humano como natural, el cual he podido vivir y compartir con mi buen amigo Pablo y sin el cual la experiencia no habria sido la misma


FRAN

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