La llegada al aeropuerto sin problemas, el conductor sorprendentemente no se durmió por el camino, dio paso a la parafernalia del checking, control de seguridad y posterior espera para embarcar, ya en este punto empezamos a ver a gente que indudablemente tenían en mente el mismo proyecto que nosotros, dar un paseíto lúdico festivo de 305 kilómetros por los Alpes pasando por tres países. Hicimos escala en Madrid y ya aquí era evidente que muchos de los pasajeros son cabras hispánicas. A mi lado se sienta un chaval de Asturias, de donde vienen cuatro equipos en este grupo y dos acompañantes, hablas con ellos y te comentan las marcas que han realizado y ves que no eres si no una pequeña piltrafilla a su lado. Ego Curro, pasa de máquinas y se dedica un sueño, lamentablemente dejando desatendida a la guapa asturiana que me daba compañía. Junto con ellos, dirigidos por el gran Pachu realizamos los transportes en tren hasta nuestro destino Ruhpolding.
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| Estacion de Munich, con las ordas Asturianas. |
Alemania…… si que es diferente, es abismal la diferencia con España en muchas de las cosas a simple vista, me imagino que la diferencia será más grande cuanto mas profundices.
En el segundo tren que cogemos, Curro y yo damos cuenta de unos flamenquines que ha cocinado su santa madre y unos sándwiches que me hizo con amor Mamen. Bon Apetit! De camino las vistas son espectaculares y predomina el verde por doquier, a lo lejos se van dejando ver algunos picachos, a donde nos dirigimos.
Nada mas llegar al pueblo catamos la amabilidad de estas gentes y encontramos nuestro hostal con rapidez. Nos sorprende muy gratamente la habitación que cuenta con cocina completa y terraza con sillas y una mesita…no podemos pedir más. Son las cuatro de la tarde y nos dirigimos nuestros pasos por un verde prado al centro de verificación de corredores donde recogemos los dorsales y nos hacen entrega de todo los dorsales, musos regalos, documentación, etc. Como no podía ser de otra manera nos vamos al hotel y nos cambiamos para dar unos trotes con algunos de los Asturianos por los alrededores, nuestros pasos se encaminan por un sendero compactado por la margen de un río de aguas cristalinas, donde algunos aficionados pescan a mosca, por donde vamos dejando las babas que se nos cae…una maravilla, un paraíso envidiable.
El pueblo es espectacular se encuentra en un verde valle y las casas son típicas de la zona tirolesa, algunas de ellas con maderas policromadas y fachadas con frescos, por supuesto todo adornado de frondosos jardines muy cuidados, apenas se oye un ruido mas alto que otro, no hay scooters rectificadas que pasan a la velocidad del rayo, ni coches con música subwoofera a todo volumen…solo se oyen pajaritos y el olor predominante es de hierba cortada.
Tras una merecida ducha nos proponemos probar los caldos de esta tierra cervecera y como no somos delicados nos paramos en el primer bar que nos encontramos, donde de nuevo la amabilidad se palpa, aparecen dos de los Asturianos que también son adoradores de las rubias. La cerveza es simplemente espectacular y no muy cara, tras esto vamos a cenar a una pizzería que nos sorprende por la calidad y precio de su comida, tras esto marchamos para la cama, son las diez de la noche, el día ha sido largo y el cansancio es notorio.
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| Refrescandonos con Jose y Valentin. |
Dormimos cerca de diez horas dentro de un silencio sepulcral, bajamos para desayunar y conocemos a dos simpáticos Alemanes afincados en California, con los que entablamos una charla muy agradable, uno de ellos estará en sus 60 años y el otro mas o menos de nuestra edad pero de tamaño XXXL. Corredor de triatlones y alemán ya lo podéis imaginar una autentica mula. Mas tarde damos un paseo de nuevo por el pueblo como japoneses (sacando fotos), comemos temprano y en la habitación del Hotel para dar cuenta de más sándwiches que nos sobraron. Para no hacer la digestión pesada nos vamos dando un paseo de media hora hasta la estación de un funicular que con un desnivel medio del 95% nos lleva a 958 metros más altos, las vistas son espectaculares pero por desgracia la cima está nublada y no se ve mucho. Ya en la cima los senderos aparecen por doquier y las diferencias de las que hablaba antes con respecto a la piel de toro, de nuevo hacen aparición: no hay basuras, todo está cuidado y bien mantenido, no existen grafitis en las casetas que a modo de descansadero aparecen en el trayecto, los carteles informativos enmarcados en pequeñas casetillas de madera…. ¡¡están intactas!!. Andurreamos hasta que el camino nos indica que empezamos a bajar no sin antes descubrir que este lugar desde donde despegan los parapentes y alas deltas.
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| Vistas del Valle desde el funicular vertical. |
Volvemos para la base, hoy toca pasta party con la presentación de la carrera.
El recinto de la cena (un elegante salón de celebraciones) estamos la gran mayoría de los atletas, nos encontramos con los compañeros de cerveza de la noche anterior y cenamos amenamente juntos con espectáculo de bailes tiroleses interpretada por unos niños lugareños. La no destaca por su copiosidad, plato de pasta, otro de ensalada y pudding con compota de manzana. Ay Oma! Que hambre. Y todo ello a palo seco ya que la bebida no estaba incluida en la fiesta, pero como buenos alemanes tienen una barra donde podemos adquirir cerveza por un precio razonable. Ya en la presentación nos indican que somos la segunda nacionalidad mas numerosa en la carrera, YO SOY ESPAÑOL , ESPAÑOL, ESPAÑOL,! con un total de treinta y cinco equipos, que ha obligado a contratar a la organización un traductor español, Carlos, vamos igualito que los Franceses en Chamonix…..una mielda pa ellos. La charla se hace pesada y larga y decidimos irnos a casita para dar por concluida esta jornada.
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| El sobrio salón donde nos agasajaron con la primera pasta party. |
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| Parecia que hubiesemos pagado a la de la Bandera Española. |
Bueno mañana es el gran día, empieza nuestro periplo, a ver como acabamos…….dulces pesadillas.
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